Mi Maestro

Subir una montaña equivale llegar al centro de tí mismo
Subir una montaña simboliza el viaje del arquetipo del héroe

 

El arquetipo del héroe y mi maestro

El arquetipo del héroe es percibido por nosotros primero como un ser externo. Cuando nos hacemos conscientes es cuando interiorizamos al héroe y éste resulta ser la conciencia. Pero esto tarda un tiempo y cuando no percibimos dentro de nosotros ningún soporte, entonces somos vulnerables y sentimos que dependemos de lo externo porque no tenemos fuerza interna que nos contenga.

Una decisión que tomé a oscuras

Hace muchos años tomé la decisión de suicidarme. No quería seguir viviendo porque sentía que mi vida no tenía sentido. Yo tenía un maestro con el que aprendía sobre filosofía hermética. Estaba recién iniciada en esa escuela filosófica. Sin embargo, arrastraba mucho dolor no superado por algo que me pasó y que marcó mi vida.

Entré al hermetismo gracias a un compañero de trabajo, quién me contaba que sus padres eran magos. Yo lo quería mucho a Mario, pero no pude evitar bajar la mirada y pensar: “y ahora, ¿qué le pasa a éste?”, y le seguí la corriente y fui a la reunión llamada: “Círculo de luz”, que me mencionó.

Ahí escuché hablar de que la vida y el universo se regían por 7 principios universales, siendo el primero de ellos que todo es mente, que el Universo es Mental. Y lo que escuché me gustó. Entonces me inicié. Participé por muchos años. Luego, mi maestro murió como él quería morir: se fue a dormir la siesta en el verano eterno de Guanacaste, Costa Rica y no despertó más. Así mueren los maestros. Sin hacer ruido. En paz.

Esa vez que le comuniqué a él que había decidido morir, me respondió lentamente, mirándome a los ojos: “Está bien, respeto tu decisión, pero antes, ¿por qué no te das un tiempo y  practicas otro tipo de muerte? La muerte de la iniciación?”

El arquetipo del héroe

El se refería a ese trabajo interno que hay que hacer en donde uno se hace responsable de su vida, asume su vida y empieza un trabajo de meditación, de búsqueda interior, de autoconocimiento y de comprensión de que las emociones no te definen. Ni siquiera tu mente. Uno es el único que controla todo. Y llega a ocurrir que empezamos a darnos cuenta. Y ese proceso es despertar la conciencia. El arquetipo del héroe se transforma en la conciencia. Pero es un trabajo lento de evolución.

Me dijo que me fuera para mi casa y que meditáramos juntos a las 11 de la noche, él desde su casa y yo desde la mía. Para pasarme energía y que me sintiera mejor. Así lo hicimos. Cuando tenía algunos minutos meditando sentí una corriente de energía que entró por mi cabeza y me recorrió y salió de mí.

El arquetipo del héroe es la conciencia

A ese amigo que me habló de la filosofía hermética, a ese maestro que llevo guardado en mi corazón, siempre les estaré agradecida. Aquí y ahora, me aparté de las filosofías, de las ideologías, de las religiones, y camino sola, comprendiendo lo que quiso decir mi maestro con sus palabras “la muerte de la iniciación”, porque cuando él me las dijo, yo no las entendí, pero cuando inicié mi trabajo de introspección y pospuse mi decisión de morir, comprendí que lo que él me decía era que buscara la luz en mi corazón, pero que primero debía derribar los obstáculos puestos por esos falsos yoes que creemos que son nuestro verdadero yo y entonces, se empieza a sentir esa chispa, pequeño punto de luz que debemos ayudar a que crezca, cultivando los valores del amor, de la empatía, de la solidaridad, de la paz.

No sé si han oído hablar de los manuscritos de Nag Hamadi, imagino que sí. Uno de esos manuscritos fue el evangelio de Tomás, ¿lo conocen?:

Estas son las palabras secretas que Jesús el Viviente pronunció y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito. Y dijo:

“Quien encuentre el sentido de estas palabras no saboreará la muerte. El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre todo”.

 

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